En el entorno educativo, el acceso a una comunicación clara y efectiva es fundamental para el aprendizaje de todos los niños. Sin embargo, para aquellos con discapacidad auditiva, las aulas pueden presentar desafíos considerables. En este contexto, los sistemas de frecuencia modulada (FM) emergen como una solución innovadora para mejorar la percepción de la palabra y facilitar el aprendizaje de los niños con discapacidad auditiva.
Los sistemas de frecuencia modulada (FM) son una herramienta excepcional para mejorar la relación señal-ruido, esencial para una percepción clara de la información verbal. En entornos escolares, el ruido de fondo, la reverberación y la distancia entre el emisor y el receptor pueden dificultar la percepción de la señal acústica, impactando directamente en la comprensión del habla, el desarrollo del lenguaje oral, la atención y la autoestima de los niños con discapacidad auditiva.
A pesar de las ayudas técnicas disponibles, como los audífonos o los implantes cocleares, y las adaptaciones pedagógicas, el análisis acústico revela que estos recursos no son suficientes para alcanzar los parámetros óptimos en la transmisión de información oral.
Los sistemas FM, compuestos por un transmisor, un micrófono y un receptor, permiten una comunicación clara al amplificar la señal de la fuente sonora (o la voz del profesor) directamente al receptor del niño.
El uso de las emisoras de FM en entornos educativos beneficia significativamente a los niños con discapacidad auditiva al mejorar la audibilidad del habla, conservar la inteligibilidad y facilitar la percepción de la información, promoviendo así un entorno propicio para el aprendizaje.
Como padres, debemos reclamar que el centro escolar implemente todas las medidas de atención a la Diversidad necesarias para garantizar un entorno educativo inclusivo y equitativo para nuestros hijos, incluyendo el uso efectivo de herramientas como los sistemas de FM.
La comunicación con el centro educativo y la solicitud de reuniones informativas son pasos clave para asegurar el apoyo necesario. La colaboración entre padres, profesores y el centro escolar es esencial para garantizar que los niños tengan acceso a las herramientas y el apoyo adecuados para su aprendizaje.
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