Discalculia, ¿qué es?
La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta la capacidad para entender y trabajar con números y que puede presentarse en diferentes tipos. A menudo se manifiesta como una dificultad para realizar operaciones matemáticas, comprender conceptos matemáticos o numéricos básicos y aplicar habilidades numéricas en situaciones cotidianas. Aunque puede variar en gravedad, la discalculia puede tener un impacto significativo en el rendimiento académico, especialmente en el área de matemáticas, y en la vida diaria de las personas que la padecen.
Tipos de discalculia
La discalculia puede presentarse de diferentes maneras, y se clasifica en varios tipos según los síntomas específicos:
Discalculia verbal
Este tipo afecta a la capacidad de entender y usar lenguaje numérico. Las personas que presentan este tipo de discalculia pueden tener dificultad para reconocer o nombrar los números.
Discalculia practognóstica
Afecta a la capacidad de manipular objetos matemáticamente, comprender o comparar cantidades y tamaños. En este caso, las personas que la presentan pueden confundir los números, tener problemas para medir cantidades, contar o identificar el número de componentes dentro de un objeto.
Discalculia léxica
Dificulta el entendimiento de los símbolos matemáticos y puede afectar la capacidad de leer o reconocer correctamente los números y símbolos matemáticos en materiales escritos, como las tablas de multiplicar.
Discalculia gráfica
Este tipo de discalculia se caracteriza por una dificultad para escribir números y símbolos matemáticos o simbolizar cantidades, afectando a la habilidad para expresar conceptos matemáticos a través de la escritura, incluso copiándolos de otro texto. Suelen presentar una escritura desordenada de números, pudiendo invertir los números y cifras o teniendo problemas para alinearlos u ordenarlos en el espacio proporcionado.
Discalculia ideognóstica
Implica una dificultad para entender conceptos matemáticos básicos sin la ayuda de objetos físicos, es decir, presentan problemas para visualizar o manipular mentalmente esos conceptos matemáticos (por ejemplo: forma, tamaño, unidades, distancias, etc.)
Discalculia operacional
Afecta a la capacidad para realizar cálculos matemáticos y operar con números de forma fluida. Este tipo de discalculia es frecuente en personas que encuentran dificultades al resolver problemas matemáticos o seguir una secuencia lógica de cálculos. Les cuesta realizar operaciones matemáticas básicas mentalmente y por escrito (sumas, restas, divisiones y multiplicaciones), suelen tener errores de cálculo al omitir o intercambiar números y símbolos, tienen dificultades para seguir los procedimientos de cálculo y la secuencia y lógica en la resolución de problemas matemáticos.
Síntomas de la discalculia
- Dificultades con las operaciones básicas: Un niño con discalculia puede tener problemas para sumar, restar, multiplicar o dividir números simples, incluso confundir entre sumas y restas.
- Problemas con el concepto de cantidad: Puede haber dificultades para estimar o reconocer cantidades o hacer comparaciones, como no poder distinguir cuál de dos grupos de objetos tiene más elementos.
- Desorientación espacial: Las personas con discalculia pueden tener problemas para comprender conceptos espaciales relacionados con la matemática, como leer un gráfico o interpretar una tabla de datos.
- Errores en el cálculo mental: Los niños con discalculia pueden cometer errores frecuentes al realizar operaciones mentales, como la dificultad para recordar una fórmula matemática o aplicar una regla matemática.
Ejercicios para mejorar la discalculia
Existen varios ejercicios que pueden ayudar a mejorar las habilidades matemáticas en personas con discalculia. Estos ejercicios están diseñados para trabajar en las áreas donde suelen tener mayores dificultades, como la comprensión de cantidades, el cálculo mental y la orientación espacial. Algunos ejercicios recomendados son:
- Practicar las tablas de multiplicar y sumas repetitivas para mejorar la fluidez en operaciones básicas. Puedes empezar con tablas de multiplicar del 1 al 5 e ir avanzando progresivamente o usar una cuadrícula para resolver sumas y restas.
- Utilizar objetos físicos (fichas, cubos, lápices, monedas, etc.) que puedan contar y agrupar para ayudarles a comprender conceptos como cantidad y valor. Puedes pedirle al niño que cuente o divida esos objetos en grupos, fortaleciendo su sentido numérico y la capacidad para comparar cantidades.
- Realizar juegos de agrupación y clasificación de números, usando cartas o fichas con números, lo que les permite trabajar la discriminación de valores y el orden numérico. Pueden clasificar las cartas por orden ascendente o descendente o agruparlas en pares o tríos que sumen un número determinado. También se puede jugar al dominó, en el que identifican cantidades y las agrupan con sus iguales.
- Practicar cálculo mental de forma progresiva, primero con problemas simples como sumar 1 o 2 a un número base e ir aumentando la dificultad. También se puede usar dinero falso para practicar el cambio de dinero, lo que les ayudaría con la estimación y reforzarían el uso práctico de las matemáticas en situaciones cotidianas.
- Realizar actividades como leer gráficos sencillos, interpretar diagramas o trabajar planos pueden ser de gran ayuda para las dificultades relacionadas con la orientación espacial. Se les puede pedir que encuentren puntos específicos en un mapa o identifiquen patrones en una secuencia numérica.
- Trabajar la asociación de símbolos matemáticos como +, -, x y / con sus operaciones correspondientes para aquellos que presenten dificultades en la comprensión de símbolos, realizando operaciones reales y reforzando la comprensión y uso de los símbolos matemáticos.
- Hacer juegos de comparación de cantidades y tamaños o actividades que requieran identificar "mayor que" o "menor que". Se pueden usar fichas de diferentes tamaños y que el niño las organice según cantidad o tamaño. De esta forma fortalecen la comprensión de conceptos numéricos básicos y el sentido de la magnitud.
- Realizar ejercicios de lectura y escritura de números que les ayuden a leer y escribir números correctamente. Pueden ser dictados de números o lectura de cifras en voz alta, lo que les ayuda a trabajar la discriminación visual y auditiva de los números y a mejorar la discalculia gráfica.
Todos estos ejercicios, realizados de forma constante y en un ambiente de apoyo, pueden ser de gran ayuda para aquellos que presentan discalculia. La repetición y el uso de materiales visuales y táctiles pueden reforzar las habilidades matemáticas y hacer que el aprendizaje sea más accesible y menos frustrante.
Tratamiento de la discalculia
El tratamiento de la discalculia suele incluir una combinación de evaluación especializada y estrategias pedagógicas personalizadas. Para un diagnóstico temprano, es recomendable acudir a un gabinete psicopedagógico escolar o a profesionales psicopedagogos que puedan realizar una evaluación completa de las capacidades matemáticas de la persona. Este proceso debe incluir pruebas específicas de matemáticas, de atención y otras habilidades relacionadas. De este modo, se puede implementar un programa de intervención que minimice las dificultades y mejore el desempeño en matemáticas.
Si sospechas que tu hijo puede tener discalculia y necesitas ayuda para abordar este desafío, en nuestra academia de refuerzo escolar y psicopedagogía podemos ofrecerte el apoyo necesario. Contamos con expertos en trastornos del aprendizaje que pueden realizar una evaluación detallada y proporcionar estrategias personalizadas para mejorar las habilidades matemáticas.
¡Haz clic aquí para obtener más información o para agendar una consulta con nuestros especialistas!